Una de las cosas que me encanta de San Francisco es que a pesar del crecimiento desordenado de la ciudad, el tráfico y ruido, aún se mantiene ese ambiente de vecindario donde puedes ir caminando de una cuadra a otra y encontrar nuevas sorpresas y lugares interesantes. Uno de esos locales es Casa Escondida, un pequeño restaurante en Calle 72 este. El lugar perfecto para escaparnos una de estas tardes a un late lunch que empezó como reunión Garbo y terminó con un after office. Y es que el ambiente acogedor del lugar y el personal agradable invitan a quedarse buen rato.
Es literalmente una casita escondida como «Las de antes en San Francisco» con techos de tejas, paredes blancas y lindos patios. Está resguardada por dos grandes mangos.
Al igual que nosotras en Garbo, los dueños decidieron mantener el piso original y el feeling de casa, perturbando en lo más mínimos sus divisiones.
El bar, como el resto del lugar, tiene una iluminación cálida y predomina la madera. Es como cenar o tomarse una copa en casa de un amigo
Pisos que cuentan historias
Los pequeños detalles en todas las esquinas son los que hacen de éste un lugar mágico. Libros de cocina, botellas, flores, fotos e ilustraciones antiguas
La comida es deliciosa. Pedimos de entrada una croqueta con puerco mechado, yo luego pedí fish and chips y un cookie brownie. Para acompañar, cerveza artesanal local.
Casa Escondida es definitivamente uno de esos lugares para escapar de la multitud, de los restaurantes escandalosos, con luces brillantes y llenos de gente. Un lugar para relajarse y disfrutar de los pequeños placeres de la vida y, porque no, soñar un poquito con el San Francisco de ayer.
Casa Escondida
Calle 72 Este San Francisco, Panamá
387-3978
@casaescondidapty
Have fun with fashion…and good food
XOXO
Greta