El Teatro Nacional

Hace varias semanas tuve la suerte y el privilegio de asistir a una visita guiada al Teatro Nacional para aprender sobre su historia y su proceso de restauración. El Teatro Nacional siempre ha sido uno de mis edificios favoritos en la ciudad y jamás me imaginé que iba a poder conocerlo tan íntimamente y enamorarme aún más de ese lugar. De más está decir que me sentía como una niña en Disney, en Navidad y con open chocolate.

Nuestro guía, César Robles, que también es el supervisor del proyecto, tiene un conocimiento y una pasión por el tema impresionante. Es de esas personas que puedes escuchar por horas y que cuenta la historia de una manera tan amena que te contagia de su energía.

De la enorme cantidad de información que recibí en esa hermosa e inolvidable tarde, estos fueron algunos de los puntos que más me llamaron la atención.

  • Con la construcción del Canal Interoceánico y como Panamá era una república tan joven, los gobernantes temían que otras culturas nos absorbieran, por eso para Narciso Garay era esencial tener una identidad cultural fuerte que pudiera balancear el hecho de que tendríamos una instalación a perpetuidad de una nación foránea. Esa fue una de las razones por las que el Teatro Nacional fue uno de los primeros edificios que se planificaron para el nuevo país.
  • El presidente Manuel Amador Guerrero propuso y comisionó la construcción del Palacio de Gobierno y el Teatro Nacional como parte de un mismo complejo para comunicar la importancia de la unión del estado y la cultura.
  • Al arquitecto del Teatro Nacional, Genaro Ruggieri, no se le conoce ninguna obra o trabajo antes del Teatro Nacional. Tampoco se sabe a ciencia cierta cómo llegó a Panamá. (Vampire alert) También hizo el Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal, el Instituto Nacional y la propuesta original del Palacio de Justicia (que ahora es el INAC)
  • El Teatro Nacional ocupa, junto con el Palacio Nacional, el solar perteneciente en la época colonial a las monjas de la Concepción.
  • Fue inaugurado el 1 de octubre de 1908. Esta inauguración coincidió con la toma de posesión de José Domingo de Obaldía, segundo presidente de la República de Panamá.
  • Su apertura artística se dio semanas más tarde con el estreno de la ópera Aida, a cargo de la Compañía de Ópera Lombardi, que llegó con todo su elenco en el vapor Parismina procedente de Guatemala, después de haber actuado en varios teatros del mundo.
  • El estilo del teatro es neorrenacentista.
  • Fue concebido inicialmente como un teatro de ópera y en la respuesta a la sociedad francesa que exigía espacios culturales como los de Europa.
  • Se firmó un contrato con Roberto Lewis quien apenas tenía 31 años de edad para que pintara los lienzos decorativos del teatro. El artista decidió trabajar este pedido desde Paris y así mantenerse en la ciudad donde fungía como diplomático panameño.
  • La pieza del plafón está formada por 15 piezas triangulares que se unen en un gran círculo (semejando una enorme pizza) que Lewis pintó en Paris utilizando una técnica llamada marouflage y luego las trajo a Panamá por barco. Gracias a esta técnica las piezas han sobrevivido a nuestro clima y a los años. Muchas veces se dice erróneamente que las pinturas de Lewis son frescos (esta técnica es cuando se colocan los pigmentos directamente sobre capas de cal antes de que éstas se sequen completamente) En Panamá por nuestro clima tan húmedo sería imposible conservar frescos.
  • La obra del plafón se llama El Nacimiento de la República y en ella Roberto Lewis incluyó su propuesta del escudo Nacional que había sida rechazada. Él decía que la incluyó como parte decorativa y que a esa distancia no se iba a poder apreciar. Pero sí se ve claramente y no podemos evitar pensar que fue una forma del artista de inmortalizar su propuesta y también de tirar un poco de shade.
  • Los lienzos del Teatro Nacional se consideran la obra maestra de Roberto Lewis y tienen un valor artístico incalculable pues son piezas únicas con motivos neo clásicos pero con una paleta de color y trazos de estilo impresionista.
  • Además de la pieza del plafón, Lewis realizó las piezas que decoran el foyer y tres piezas adicionales para el escenario: la cenefa que se encuentra sobre la boca del escenario, enmarcando las escenas como una pieza de arte en vivo, el gran telón principal (que no sobrevivió al tiempo) y un telón de entre acto que fue descubierto en la restauración del 2003 y se encuentra en almacenaje para su posterior restauración.
  • Las tres piezas de Roberto Lewis del techo del foyer representan La Aurora, El Día y La Noche.
  • El decorador del edificio fue Enrico Corrado.
  • Roberto Lewis llegó a Colón por barco trayendo más de 47 lienzos para supervisar personalmente la instalación de la que se convertirían en su obra más reconocida.
  • El Teatro ha tenido cuatro restauraciones la de 1940, la de los 70, la del 2003 y la actual.
  • En 1976 se convierte en patrimonio histórico.
  • La curadora en jefe de la restauración actual es Ángela Camargo, quien también ha supervisado la conservación de la iglesia de San Francisco de La Montaña, la fachada de la Normal de Santiago, la iglesia de San Francisco de Asís y la de San Felipe de Neri.
  • En esta última restauración contrataron un equipo de consultoría que estudia el comportamiento del público teatral y entre los cambios que decidieron, fue eliminar el pasillo central entre los asientos pues ellos dicen que en la ópera y en el ballet el lugar principal es el centro del escenario y si los bailarines o la Prima donna están dando su solo y enviando su energía a un espacio central vacío se pierde toda esa vibra.
  • Cuando quitaron las alfombras descubrieron un hermoso piso de mosaicos original.
  • Las butacas del Teatro son las de la restauración de 1940 que es considerada la restauración más lujosa, donde se cree que también se agregó el gran candelabro central. Según se puede ver en algunas fotografías el mobiliario original era Art Nouveau, el estilo de moda durante la construcción del teatro.
  • Inicialmente los medallones de la facha principal eran cuatro que homenajeaban a las figuras de Wagner, Shakespeare, Molière y Rossini. En la restauración del 40 se agregó la marquesina y también se agregaron los medallones de Cervantes y Lope de Vega en el centro, moviendo los otros medallones a los laterales. Su fachada está compuesta por seis arcadas coronadas. A cada uno de los lados de la entrada principal se encuentran dos esculturas que representan la musa de las letras y la de la música.
Roberto Lewis pintando las piezas del plafón desde tu taller en Paris.
Parte del piso original que descubrieron al levantar las alfombras.
Los trabajos del candelabro central son minuciosos pues cada una de las piezas tuvo que ser removida y limpiada en varios pasos para luego cambiarles el hilo de metal que las sujeta.
Ni en mis fantasías más locas imaginé tener tan cerca el gran candelabro del Teatro Nacional.
El Nacimiento de La República
El foyer
La Aurora
El Día
La Noche (una de mis piezas favoritas)
La base del escenario y «el techo» del Nacional Under tiene la estructura de hierro remachado original.
Debajo del escenario hay un nuevo espacio que será conocido como El Nacional Under , donde se presentarán obras y piezas más pequeñas y quizás más modernas o experimentales.

El Teatro Nacional es una joya de arquitectura y arte y muy pronto regresará con todo su esplendor a sus 110 años. Los invito a seguir los progresos y a conocer mucho más de su historia y secretos en la cuenta de Instagram de César Robles. (@cesrobles )

Have fun with Fashion…and history

Greta.

XOXO

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *