Una de las cosas que más me gustan de vivir y trabajar en el área de San Francisco es que es uno de esos lugares que a pesar de estar sobre saturado de edificios y plazas comerciales, no pierde su encanto de barrio con bares, cafés y otros tesoros ocultos y acogedores en los que uno se puede sentir a gusto y desconectarse.
Hace unos días descubrí uno de esos lugares y apenas entré fue amor a primera vista.
Maravilla Beauty Club es un espacio que mezcla salón de belleza, bar y café, con un vibe que nos invita a hacer un alto y volver a esos tiempos en los que para una mujer ir a un salón de belleza o tomar tiempo para ella era algo más que otra cosa apurada que tachar de su ocupada agenda, era un verdadero ritual. Y es que aunque soy la primera en defender eso de que las mujeres merecemos igualdad de derechos y oportunidades, creo que en tanta lucha y teniendo que cumplir tantos roles, a nosotras a veces se nos olvida disfrutar de los pequeños placeres de la vida y no sentirnos culpables por ellos. La Maravilla nos transporta a una época pasada de glamour, algo así como un Miami de los años 50 donde no había tranque de locos, la gente se comunicaba más en persona que por su teléfono y en donde los hombres y las mujeres invertían tiempo en vestir y arreglarse bien porque era una forma de celebrarse a ellos mismos.
La primera vez que fui fue un sábado que tenía libre y decidí irme en un date conmigo y mi libro por un snack ligero y un manicure.
El segundo día fui con Gina, nos escampamos un rato de la tienda para ir por almuerzo, mimosas y blower 😉
La Maravilla tiene un slogan que dice «Para ser bella no hay que ver estrellas» y yo le agrego que para ser una Super Woman moderna, fuerte e independiente no tenemos que perder nuestra feminidad y el gusto por ponernos guapas y tomar sin culpa tiempo para nosotras!
Vive La Moda
XOXO
Greta